6 octubre 2010
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Cuando empiezo un trabajo a veces no sé en qué acabará, voy improvisando sobre la marcha. Eso es lo que me pasó en este caso, me gustaron estos cardos borriqueros en punto de cruz y se me ocurrió terminar haciendo una funda para las gafas de mi abuela, y no porque mi abuela sea un cardo, todo lo contrario, es la abuela más maravillosa del mundo. La cajita que soporta la funda me la regaló ella, y tiene muchos, pero que muchos años, tanto que ya ni me acuerdo, solo sé que llevaba desde que tengo uso de razón en la cocina de mi abuela.
por Iria_Flavia